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Una lección de optimismo: la salteña que cumple 100 años en plena pandemia


En una conferencia frente a estudiantes de la Universidad de la Plata, el salteño Joaquín V. González relató una maravillosa proclama que bautizó como Lección de Optimismo. Va un fragmento para ilustrar la historia de hoy. Es la historia de una mujer que cumple 100 años de pura vida, en medio de la más dramática pandemia de la historia mundial:

«Ya veis que no soy un pesimista ni un desencantado, ni un vencido, ni un amargado por derrota ninguna, a mi no me ha derrotado nadie, aunque así hubiera sido, la derrota solo habría conseguido hacerme más fuerte, más optimista, mas idealista, porque los únicos derrotados en este mundo son los que no creen nada, los que no conciben un ideal, los que no ven más camino que el de su casa o negocio, y se desesperan y reniegan de sí mismos, de su patria y de su Dios, si lo tienen, cada vez que le sale mal algún cálculo financiero o político de la matemática del egoísmo» (Joaquín V. González “La Universidad y el alma argentina”, 18 de septiembre de 1918).

No había redes sociales, ni tampoco teléfonos. No había televisión y, con suerte, la Argentina profunda estaba conectada por trenes. Sin dudas era otro tiempo, otra era, otro mundo. Los problemas entonces eran diferentes, las enfermedades y las pandemias eran otras, las luchas se libraban por otras causas.

La cumpleañera que hoy festeja el centenario fue testigo y, como muchas mujeres de su generación, protagonista de las transformaciones que cambiaron al mundo para siempre.

Doña Yolanda D’Abate nació el 12 de agosto de 1920. Vivió con vehemencia e intensidad su vida en Salta: se recibió de Profesora de Piano, y fue pionera en el oficio del corte y la confección. Se casó con Don Pedro Cuggia y formaron una linda familia: 2 hijos, 8 nietos, 11 bisnietos y 2 tataranietos (hasta ahora).

Le dedicó su vida a la familia y al trabajo, al cuidado del hogar, a la educación y a la crianza de sus hijos. Alternando lo doméstico con sus habilidades de bordado y costura, la ejecución prolífica del piano y su pasión por la naturaleza y la jardinería. Quienes la conocen la definen como una mujer «todo terreno».

Sin dudas, un hermoso testimonio de vida, salud y plenitud en tiempos de pandemia, en tiempos en los que debemos cuidarnos más que nunca y cuidar a los más grandes.

Este 12 de agosto, Doña Yolanda D’Abate, fuerte, sana y llena de amor, llega a los 100 años.

Brindamos y nos cuidamos por ella.


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