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A 25 años del fenómeno OVNI que asombró a toda Salta


Hace 25 años ocurrió un hecho transcedental en la investigación sobre fenómenos OVNI. Lo sucedido en la localidad de Anta, en la provincia de Salta, sobre sucesos extraterrestre fue validado como el caso Roswell argentino que ha venido a despejar toda duda sobre la existencia de otras civilizaciones que nos vienen visitando hace miles de años en la tierra.

¿Que tiene en particular este caso? Hace un par de semanas tuve la oportunidad de tener una breve conversación con la primera persona en comenzar la investigación, Antonio Galvagno quien vive en la localidad salteña de Joaquín V. González.

Antonio recuerda que ese 17 de Agosto de 1995 estaba haciendo la sobremesa, el reloj marcaba las 13:45 hs cuando de repente se escuchan dos explosiones seguida por el movimiento del suelo, como si fuese un temblor. Sorprendidos por la fuerza de la explosión Antonio sale a la calle, donde ya se encuentra con otros vecinos asustados, todo hacía parecer que algo había ocurrido al sur de la ciudad por lo que los preocupados vecinos van hasta allá, y desde allí observan a lo lejos una columna de humo que se elevaba a lo alto, Galvagno que es piloto civil y se dedica a la fumigación en un avión ultraliviano biplaza, decide ir a investigar. El avión se encontraba en la pista, y ahí inmediatamente emprende vuelo en dirección a la columna de humo, que con el viento se empieza a desvanecer y encontrando en su recorrido una nube de hollín con partículas metalizadas.

Ese día la búsqueda se desarrolla sin ninguna otra novedad, prosiguiendo las siguientes dos semanas también con resultados negativos, es así que comienza a recolectar los primeros testimonios. A unos pocos kilómetros de Joaquín V. González había una finca cuyos habitantes cuando ven el fenómeno después de algunos segundos sacan una cámara de foto y logran fotografiar la columna de humo, según estos testigos ven una explosión que se convierte en una bola roja que empieza a caer con movimientos oscilantes, desapareciendo detrás de árboles. Galvagno me comenta que esa “bola roja” no se desintegró en el aire sino que cayó entera. “Cuando hace impacto en el piso es cuando nosotros sentimos el movimiento telúrico”.

Al recorrer los pueblos más cercanos al hecho, los testimonios empezaron a aclarar el panorama.

“Todos los testimonios coinciden que desde el norte de Salta aparece un nave con forma de plato metalizado, zigzagueando, pasa muy bajo por el pueblo de Tunal y Galpón. Desde otro ángulo también unos chicos de una escuela observan el vuelo muy lento que venía haciendo y de atrás a muy rápida velocidad se acercan otros objetos metalizados, que largan un humo de la parte trasera, cuando lo alcanzan se producen las explosiones. Los pueblos más cercanos al hecho escuchan seis explosiones. Dicen los testigos que están más cerca de la explosión que había dos objetos estacionados en el aire, que luego de caer el aparato desaparecen hacia arriba”.

Gracias a estas declaraciones, Galvagno cambia la zona de búsqueda, ahora en Serranía Colorada a unos 60 km de Joaquín V González “pese a que no coincidía con la dirección que yo creía que estaba. Sobrevolé el otro lado del cerro donde me encuentro con mas testimonios y pienso: si las naves están ahí, evidentemente la cosa está ahí”. En la mañana del primer día de búsqueda en la nueva zona, después de unos 15 minutos de vuelo, Galvagno ve una franja quemada muy larga de aproximadamente 2000 metros y 500 metros de ancho, en ese momento el avión empieza a perder sustentación, hasta llegar a caer en la ladera de la serranía.

A pesar de que el avión quedó totalmente inservible después de la caída, Galvagno no sufre heridas en el incidente, luego de salir del avión, se dirigió a la huella que se encontraba a unos 600 metros. Yo digo:» acá lo encontré, acá lo tengo, me hacía toda la película».

Antonio sigue contando apasionadamente su experiencia y recuerda que cuando llega al lugar ve que todos los árboles, grandes y chicos, fueron arrancados de raiz y volaron por el aire. Hasta a unos 50 metros de sus pozos respectivos. También había una gran cantidad de un polvillo blanco que parecia talco pero mucho mas liviano y mucho mas fino, sin embargo, lo que mas le llamo la atención es que «en la montaña, en la piedra sólida había agujeros de 70 cm, 80 cm, hasta 1 metro».

Antonio Galvagno recorrió toda la huella a pie. La misma terminaba justo al borde de un precipicio. A partir de esto, deduce que «evidentemente el objeto siguió y cayó 5, 6, 10 kilómetros mas adelante».

Esa zona se caracteriza por tener profundos y angostos cañadones de mas de 800 metros de profundidad, de muy difícil acceso por la falta de caminos y los bosques impenetrables. A esto se suma el hecho de que Galvagno se quedó sin avión y nadie le pudo facilitar uno. Finalmente abandonó la búsqueda.

Después de esto la búsqueda continuo por organismo oficiales, sin dar con resultados positivos de la nave que se estrelló. Quedan muchos interrogantes y preguntas, se dijeron varias cosas hasta que habían encontrado 200 cuerpos y se habían trasladado a Victoria en Entre Ríos. Fuentes oficiales también conjeturaron que la nave al llegar al suelo

se desvaneció, o qué llegó a pasar a otra dimensión, lo más importante de todo es la dimensión de la nave , que un ingeniero que trabajaba en la zona para una empresa petrolera estimó que la nave en forma de disco o plato tendría un diámetro aproximado de 450 metros.

Veinticinco años pasaron de aquel extraño suceso que conmocionó a pobladores de Joaquín V. González en la provincia de Salta y que aún hoy no se sabe a ciencia cierta lo que sucedió.

Fuente: Prensa Activa


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