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La industria del comercio ilegal: manteros y comerciantes legales de rehenes


«La pandemia ya obligó a muchos a bajar las persianas de sus negocios, hay decenas de locales vacíos y miles de trabajadores que perdieron su empleo. Si además de la pandemia vamos a tener que seguir luchando contra la creciente industria del comercio ilegal, lo más probable es que dentro de poco veamos más persianas cerradas, más locales vacíos y más trabajadores sin trabajo».

A pesar del agravante que significa la pandemia, lo cierto es que el problema que denuncian desde la Cámara de Comerciantes Unidos no es nuevo. En Salta, hace décadas que la armonía en el centro salteño se ve alterada por el conflicto entre las pymes del comercio formal y los manteros o vendedores ambulantes informales.

Sobre todo, estos enfrentamientos se hacen aún más visibles y dramáticos en épocas de crisis, vacas flacas y poca plata en el bolsillo de los salteños. Si con el aumento de los alquileres, impuestos y salarios que venían afrontando los comerciantes ya se hacía muy difícil mantener sus negocios, la pandemia no hizo más que agudizar la crisis.

En diálogo con Ciudad Despierta, la presidenta de Comerciantes Unidos, Carol Ramos, reiteró un pedido urgente a las autoridades del gobierno provincial y municipal: «Sabemos que este problema es un problema heredado que tiene por lo menos más de 10 años. Pero por favor, al margen de los graves perjuicios económicos que genera el comercio ilegal, tienen que frenar el mercado clandestino: es ahí donde no se respetan protocolos, donde no se garantiza la sanidad y donde se terminan generando focos de contagios masivo que nos ponen en peligro a todos».

En esa línea, Ramos consideró que en el último tiempo han proliferado las mafias del contrabando y los manteros, perjudicando directamente a los emprendedores y empresarios pymes que invierten, pagan impuestos y generan puestos de trabajo.

«Nosotros entendemos que hay una cuestión social muy sensible. Pero debemos hacer un censo, para descubrir realmente quiénes son los que necesitan la venta ambulante para subsistir y quiénes son los que han montado una industria del contrabando y la venta ilegal usando de rehenes a la gente realmente necesitada», expresó la presidenta de Comerciantes Unidos.

Salta es una de las provincias con mayores índices de comercio informal e ilegal. La situación lleva décadas y, entre los intendentes de los últimos 25 años, ninguno fue capaz de solucionarla. Siempre se aplicaron parches que tarde o temprano fracasaron.

LOS NÚMEROS DEL COMERCIO ILEGAL

En el Norte Grande (NEA-NOA) la cantidad de puestos de comercio ilegal es liderado por Salta, que ocupa el 4º lugar en el ranking nacional de comercio ilegal.

La Cámara Argentina de la Mediana Empresa aseguró en diciembre de 2018 que la presencia de manteros se duplicó en sólo un año, y Salta quedó entre las primeras provincias con mayores índices de comercio ilegal. Según este último informe, en Salta Capital desarrollaban actividades informales unos 1.377 manteros.

LA CRISIS, UNA OPORTUNIDAD

Tanto desde la Cámara de Comercio como desde Comerciantes Unidos, se mostraron esperanzados de que en esta oportunidad se pueda pensar una solución pospandemia integral que termine con el conflicto.

En las últimas semanas, la Municipalidad de Salta impulsó una mesa multisectorial, integrada por representantes de organismos nacionales y provinciales, comerciantes y fuerzas de seguridad. El objetivo es estudiar y abordar la problemática de manera multidimensional, producir estrategias para erradicar el comercio ilegal en el centro de la ciudad y, en paralelo, ofrecer herramientas y alternativas laborales concretas para que los vendedores ambulantes puedan insertarse o reinsertarse en el mercado formal.


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