Ernesto Victorino Solá, conocido en el ambiente político -y con cariño- como «el Curro» Solá, fue uno de los protagonistas de la decisiva generación militante del radicalismo de los años 80. Junto a Raúl Alfonsín, aquella dirigencia no solo se propuso recuperar la democracia, sino además robustecerla y llenarla de contenido y unidad nacional para que nunca más una dictadura tome las riendas del país. Con errores y aciertos, pero sobre todo con valentía y convicciones, aquellos hombres lo lograron. Por supuesto, respaldados y empujados por una inmensa militancia juvenil activa y organizada en la Juventud Radical y la Franja Morada.
Hoy, con 82 años y en medio de una pandemia, el histórico dirigente de la UCR volverá a formar parte de la vida institucional del partido. De la mano del diputado provincial Héctor Chibán, Solá resultó electo como delegado a la Honorable Convención Provincial y será protagonista de las deliberaciones que definirán la política de alianzas y los candidatos de la Unión Cívica Radical para las elecciones generales provinciales y nacionales.
En diálogo con Ciudad Despierta, el histórico dirigente se mostró muy contento por la convocatoria de sus correligionarios: «Con 82 años, tengo el mismo entusiasmo que tenía cuando era joven. Así que voy a intentar brindarle al radicalismo y a las nuevas generaciones todo lo que pueda, para construir un partido fuerte que vuelva a enamorar a la sociedad».
La incorporación de Solá a la vida interna del comité que presidirá Rubén Correa cobra aún más sentido cuando se advierte que este año se elegirán convencionales constituyentes para debatir una eventual reforma constitucional.
Solá, además de concejal y diputado provincial, fue convencional constituyente de la UCR salteña cuando se modificó la constitución en el año 1986.
«En aquellas deliberaciones, a pesar de que éramos minoría, logramos impulsar la creación de la figura del Defensor del Pueblo, pero nos quedaron pendientes otros temas que planteamos y no quisieron aprobar, como la creación de la figura del Comisionado Legislativo, los 4 años de mandato para los concejales y la limitación de las reelecciones tanto legislativas como ejecutivas», recordó Solá y se mostró optimista frente al debate que se dará este año: «Me parecen valorables algunas de las iniciativas, concuerdan con lo que planteamos los radicales hace ya 35 años. De todos modos debemos estar atentos a todas las modificaciones, evitar que se produzca demasiada concentración de poder y que la reforma no sea un traje a medida para ningún dirigente».