El desafío que se había planteado la UCR no era nada fácil. Escindidos de Juntos por el Cambio y lejos del polémico diputado Martín Grande, los correligionarios se propusieron poner de pie el partido y competir con la histórica lista 3.
Bernardo Solá como candidato a senador y Rubén “Chato” Correa como candidato a diputado fueron las figuras que se pusieron la campaña al hombro. El eslogan de los correligionarios fue categórico: “Marquemos la diferencia”. Y así fue.
Ante un escenario dominado por el manoseo de frentes y alianzas reñidas, como así también de la especulación proselitista y la “antipolítica”, el radicalismo se propuso representar a un electorado serio y exigente, respetuoso de la calidad institucional y con candidatos de larga trayectoria en el ámbito académico, profesional y político.
La campaña de la UCR fue corta y atípica por la pandemia. La Juventud Radical y la Franja Morada fueron el motor proselitista que permitió llegar con el mensaje bainablanca a la gente. Sin dudas los radicales fueron quienes menos gastaron en la campaña, frente a los abultados presupuestos que manejaron los espacios oficialistas.
Con una acertada estrategia de comunicación en medios y redes sociales, el rastrillaje cara a cara con la clase media salteña rindió sus frutos: la UCR se alzó con dos bancas de concejales en la Capital, donde hace años habían perdido representación. También resultó electa Marisa Castañares como convencional constituyente: será la voz radical en la reforma de la Constitución que se viene.
Alberto “el Turco” Salím será nuevamente concejal y presidirá el bloque que también integrará la docente Laura Jorge Saravia. Las dos bancas radicales serán muy valiosas cuando se discutan las autoridades del Concejo Deliberante.
Satisfecho por la elección realizada, el “Chato” Correa destacó el avance de la unidad del partido tras las internas salvajes de principio de año y adelantó que seguirán trabajando en ese sentido de cara al 2023. “La recuperación de las bancas en el Concejo Deliberante, la integración de la Convención Constituyente y el impulso concreto a la renovación partidaria son los avances que hoy podemos exhibir para probar que el radicalismo está más vivo que nunca”, explicó el presidente del Comité Capital de la UCR.
Por último, y agradecido por los casi 20.000 votos que cosechó, Bernardo Solá aseguró: “el radicalismo será parte de la discusión en serio sobre el poder en el 2023, cuando se vuelva a elegir gobernador en Salta. Si logramos unir al partido y reactivarlo, sin dudas que vamos a luchar por el Gobierno en las próximas elecciones”.