Este 8 de febrero no es un día más en el calendario salteño, ni se lo conmemorará como otros años ha ocurrido, sino que asume un rol más que fundamental: desde esta fecha dan comienzo las conmemoraciones y honras al general Martín Miguel de Güemes, al cumplirse el bicentenario de su paso a la inmortalidad.
Este acontecimiento tan significativo para el orgullo salteño y el patriotismo argentino ya es motivo de expectativa, de cara a los actos que se realizarán en lo que venga del 2021, donde se buscará destacar la gesta emprendida por el prócer, la guerra gaucha emprendida por la independencia, resaltar los valores del general e impartir su obra a aquellos que, lamentablemente, aún la desconocen.
Como cada año, habrá una ceremonia en la Catedral Basílica de Salta, con el reconocimiento de las autoridades y agrupaciones gauchas al máximo héroe del norte, con ofrendas a sus restos que descansan en la misma casa que los Santos Patronos de la Provincia. Con este homenaje, los salteños ya podrán empezar a palpitar un año que depara múltiples oportunidades para honrar la vida de Güemes.
Martin Miguel de Güemes
Fue un 8 de febrero de 1785 cuando nació en la ciudad de Salta un pequeño al que llamaron Martín Miguel Juan de la Mata de Güemes Montero Goyechea y La Corte. El natalicio ocurrió en la actual calle Balcarce 54 donde funcionaba la Tesorería Real, allí trabajaba su padre, y que luego se trasladaría a calle España al 730, el inmueble que hoy es el Museo Güemes.
Los padres del prócer fueron Gabriel de Güemes Montero (funcionario de la Tesoreríao de la Real Hacienda de la corona española) y María Magdalena de Goyechea y la Corte. El matrimonio tendría en total siete hijos, destacándose por sobre los demás María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada, “Macacha” como la apodaron”.
Ya que hablamos de bicentenarios, cabe mirar un poco al pasado, más precisamente hacia 1985, cuando fueron las conmemoraciones por el bicentenario del natalicio del general Martín Miguel de Güemes, hecho que tomó mucha trascendencia y que incluso contó con la visita del entonces presidente Raúl Alfonsín.
Un dato significativo de aquel acontecimiento fue que, en ese año, las cenizas de Güemes fueron cambiadas de la urna funeraria en la que descansaban hacia un nuevo cofre, hecho de mármol blanco, el que se puede apreciar en la actualidad en el Panteón de las Glorias del Norte.