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La carta de una pyme salteña al presidente Alberto Fernández: «también somos vulnerables»


Miles de micro, pequeñas y medianas empresas -las que generan el 90% del empleo en el país (según el propio Ministerio de Trabajo)– aún esperan que el Gobierno disponga medidas y herramientas que les permitan hacer frente a sus obligaciones en medio de la paralización económica.

Es el caso de Fabricio Allende, un emprendedor salteño que junto a su esposa montó una pequeña imprenta hace algunos años, según consigna El Intransigente.

Como muchas pymes familiares del país, los Allende aprendieron a sortear las crisis de la oscilante economía argentina, pero la paralización actual de la actividad frente a la pandemia del coronavirus los puso en una situación crítica e inédita.

Leé la carta que escribió el emprendedor en su propio Facebook y compartila si te sentís identificado 👇

Salta. 27 de marzo de 2020

“VULNERABLES”

Al Presidente de la Nación,

doctor Alberto Fernández: 

Con el debido respeto y atrevimiento me dirijo a Ud. con el fin de poner en conocimiento mi situación personal y de todas aquellas personas que se encuentran en una posición similar, en relación a la trágica pandemia que está sufriendo nuestro país y el mundo entero, y las consecuencias que ello implica.
Antes que nada no quiero dejar pasar por alto las decisiones acertadas, que en mi humilde opinión Usted y su equipo están tomando respecto a la salud de nuestra población, con el fin de preservar la VIDA de los argentinos.
En relación al motivo de esta carta y/o petitorio, paso a contarle que soy un comerciante del rubro IMPRENTA, el cual se encuentra restringida su actividad por la cuarentena total de la población que Usted decretó el día 19 de marzo, sumado a que en mi provincia la actividad comercial se interrumpió dos días antes de esa fecha por un decreto provincial que prohibió el traslado de personas en trasporte público y también restringió el acceso al centro de la ciudad.
He estado al tanto de las medidas económicas que se están implementando a raíz de esta inusual situación, las cuales agradezco en nombre de esas personas; La asistencia a jubilados, beneficiarios de la AUH, trabajadores informales, trabajadores y trabajadoras domésticas, monotributistas sociales y monotributistas de categorías “A” y “B”. A quienes usted denomina los sectores “más vulnerables”. Término que coincido plenamente, pero que en estas circunstancias me permito discrepar. Hoy, en mi opinión, la mayoría de los argentinos somos VULNERABLES.
Me encuentro, o nos encontramos (haciendo referencia a casos similares) en una situación muy particular. Soy MONOTRIBUTISTA categoría “C”, sin empleados (solo trabajamos mi esposa y yo) y suponiendo que esta cuarentena se podría o debería extender en principio hasta el 13 de abril, como anticipan medios de comunicación. No generaríamos ingreso alguno prácticamente por un mes. Lo cual nos convierte también en personas VULNERABLES, que debemos cubrir necesidades básicas, SUMANDOLE también el pago de obligaciones como alquiler de local, cuyo propietario (jubilado) en mi caso, utiliza ese dinero para sus necesidades. Sin olvidarnos también del pago de los servicios que dicho local genera.
También quiero hacer referencia a que la situación económica, como es de público conocimiento, ya se encontraba deteriorada antes de esta pandemia. Lo cual convierte aún peor el escenario actual. Ya que no tuve capacidad de ahorro, más bien me encontré viviendo el día a día y corriendo siempre de atrás, para poder cumplir con mis vencimientos.
Me he anoticiado de la posibilidad de que bancos ofrecerían créditos a tasas bajas a Pymes con el objetivo de poder afrontar pago de salarios. Sonándome la noticia a que se refiere a empresas con varios empleados. Cuyo caso no es el mío por no tener ninguno. Y en relación a la medida, quiero también hacer hincapié en que existe una gran cantidad de comercios habilitados (Categorias “C” en adelante) que pagan sus impuestos, pero que no registran sus empleados, cosa que obviamente está mal, pero que como anteriormente mencioné, en estos últimos años se vieron en parte obligados a actuar de esa manera, accionar que no justifico. Pero considero que también deberían ser atendidos por el Estado. Fundamentalmente para que puedan palear con sus compromisos salariales. Imagino un negocio de venta de ropa con una o dos vendedoras (independientemente de que sean empleados en negro).

En criollo: “Tengo que pagar el alquiler de mi dpto., el alquiler del negocio, el colegio de mi hijo, la cuota del auto (Plan de ahorro: 18 lucas la cuota. Obviamente producto de la devaluación en la gestión pasada, pero que en el actualidad se sigue amagando con tomar medidas al respecto de esos valores impagables, de hecho ya debo tres) más los servicios, más alimentos y demás productos de necesidad. Sumo y me vuelvo loco! No tengo un mango!”. Y obviamente no soy el único…

Redondeando y volviendo a la formalidad Sr. Presidente, agradezco el esfuerzo que Usted y todo el Gobierno está haciendo en esta situación de crisis. Pero también tengo que decir que me siento en una franja llamémosle “NN”. Sé y entiendo que los ya beneficiados por las medidas económicas tomadas tienen problemas similares y que con la ayuda que van a recibir tampoco alcanza. Pero a modo de PETITORIO, y para finalizar, le pido que nos incluya en alguna medida concreta; como créditos del Estado a tasas bajas y de fácil acceso. Porque la intervención de bancos haría que muy pocos comerciantes accedan a estos, por la burocracia, requisitos y por la calificación crediticia en la que quedaron/mos producto de la crisis de los últimos años.

Saludo a Ud. muy cordialmente y reitero el agradecimiento por su accionar y le agrego también su capacidad de escuchar.

Fabricio Allende


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