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Se cumplen 10 años del accidente nuclear de Fukushima

En marzo de 2011, un tsunami arrasó la costa este de Japón y produjo el peor desastre nuclear registrado desde Chernobyl, en 1986.


El 10 de marzo de 2011, un terremoto de 9° en la escala de Richter dejó 15.836 muertos y miles de desaparecidos. Ocurrió frente a la costa de Honshu y tuvo una duración de 6 minutos. Pocos minutos fueron suficientes para provocar el peor desastre registrado desde Chernobyl, en 1986, que conmocionó al mundo y que pondría en tela de juicio la seguridad de la energía nuclear en todo el mundo.

El accidente nuclear de Fukushima I

En un primer momento, el sistema de seguridad de la planta respondió adecuadamente -no sucedió lo mismo en Chernobyl-. Pero las olas de 15 metros que golpearon la central nuclear Daiichi de Fukushima provocaron inundaciones que llevaron a tres fusiones nucleares y a la liberación de grandes cantidades de contaminación radiactiva.

El desastre comprende una serie de incidentes tales como las explosiones en los edificios que albergan los reactores nucleares, fallas en los sistemas de refrigeración, triple fusión del núcleo y liberación de radiación al exterior.

Ese día, los reactores nucleares 1, 2 y 3 estaban operando, mientras que las unidades 4, 5 y 6 estaban en corte por una inspección periódica. Cuando el terremoto fue detectado, las unidades 1, 2 y 3 se apagaron automáticamente y se detuvo la producción de electricidad. Los motores diesel de emergencia para la generación de electricidad comenzaron a funcionar normalmente, pero se detuvieron abruptamente con la llegada de un tsunami que siguió al terremoto y que produjo un maremoto con olas superiores a los 38 metros de altura que inundó áreas críticas, produciendo fallas en los sistemas de enfriamiento y la pérdida completa de control sobre la central y sus reactores.

La primera consecuencia fue la fusión del núcleo parcial en los reactores 1, 2 y 3, explosiones de hidrógeno que destruyeron el revestimiento superior de los edificios que albergaban los reactores 1, 3 y 4, una explosión que dañó el tanque de contención del reactor 2, múltiples incendios en el reactor y el sobrecalentamiento del combustible gastado de las unidades 1 y 4. El miedo a filtraciones de radiación llevó a evacuar un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta, extendiéndolo, luego, a 40.

Dada la magnitud del incidente, las autoridades declararon el “estado de emergencia nuclear”. Y a raíz de esta situación comenzaron a revisarse las medidas de seguridad en plantas similares alrededor de todo el mundo.

Una década después, la ciudad trata de regresar a la normalidad

Actualmente, estudios cientíticos analizan el escenario de la catástrofe para obtener información sobre las condiciones atmosféricas en el momento en que explotaron los reactores y, así, determinar las posibles consecuencias a largo plazo sobre la salud.

Las partículas liberadas en Fukushima fueron vertidas principalmente al mar y no a la atmósfera -caso contrario a lo que ocurrió en Chernobyl-, lo que podría disminuir considerablemente el riesgo sanitario. Como contracara, esto ha tenido un fuerte impacto sobre el sector pesquero, una de las principales víctimas de la catástrofe en términos económicos y laborales.

Mientras la comunidad científica sigue investigando el impacto de la contaminación radiactiva en Japón, el Comité Científico de la ONU para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR) sostiene que no existen indicios suficientes para corroborar que el desastre de Fukushima haya provocado un aumento del riesgo de padecer cáncer entre la población japonesa. No obstante, los hallazgos obtenidos hasta el momento no permiten descartar por completo que esto sea así.


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