Con Leo Messi al frente, los jugadores tuvieron su primer entrenamiento en Nueva Jersey antes de la semifinal. Algunos con mate en mano, sonriendo y descontracturados, vestidos con la remera beige, y enfrentando el calor (que sigue azotando a gran parte de Estados Unidos), salieron del hotel y emprendieron el viaje hacia el predio de los New York Red Bull.
El cuerpo técnico dispuso diferentes ejercicios tanto físicos como futbolísticos para llegar de la mejor forma el encuentro en el MetLife.
En el entrenamiento Scaloni ensayó variantes para levantar el nivel del último partido y evitar sorpresas. La novedad se dio en la defensa: vuelve a tener a disposición a Marcos Acuña, el único lesionado que quedaba entre los 26. Fue exigido en la práctica del sábado en Houston pero seguirá en el banco.
Emiliano “Dibu” Martínez, la figura del último cruce por penales, dejó un mensaje para los hinchas: “Una más y estamos en la final”.
Este lunes, Scaloni hablará con la prensa y luego terminará de delinear el 11 titular. Para la tardecita del día previo a la semifinal se espera otro masivo banderazo de hinchas argentinos en Times Square, la esquina más transitada de Nueva York.
El 24 de junio, en la previa del partido contra Chile en esta misma ciudad, miles de argentinos armaron una histórica concentración en el centro de Nueva York.
Por su lado, Canadá llega con un día menos de descanso que la selección para el partido en el MetLife. Su técnico, Jesse Marsch, también buscará variantes para complicar a su primer rival en esta copa. “El partido contra Argentina tendrá que ser el mejor que hayamos jugado”, dijo Marsch, aunque aclaró que “esto puede no ser suficiente”. El equipo norteamericano llega envalentonado después de eliminar a Venezuela, favorita en la previa.
Los focos puestos en Messi
En la previa al partido de Ecuador, la mayor atención en el búnker de la selección giró en torno a la lesión del capitán. Finalmente, jugó los 90 minutos frente a Ecuador pero su presencia no fue gravitante y hasta incluso falló el primer penal de la definición.
“Yo me sentía bien, no tenía molestias. Por ahí sentía un poco del miedo psicológico, de cuando tenés una lesión, que siempre está. Pero a nivel muscular no sentía nada, él me preguntó si estaba para jugar, si estaba bien y yo le dije que sí”, dijo tras el encuentro.