Luego del caso de Adrián Olivieri en River, los clubes argentinos despertaron alertas de que es posible que dentro de las burbujas de aislamiento y entrenamiento se puedan detectar casos de coronavirus y en Boca la situación se destrabó cuando un grupo del plantel presentó algunos de los síntomas.
Mientras los deportistas fueron aislados, se llevó a cabo el trabajo de los hisopados PCR para descartar falsos positivos y también confirmar si efectivamente hay casos. Horas más tarde, se confirmó la noticia de que hay contagiados en el primer equipo del «xeneize» pero no se revelaron los nombres.
Ante esta situación y como medida de prevención, se dispuso que Miguel Ángel Russo abandonara el hotel Howard Johnson para regresar a su hogar y alejarse de la burbuja. El motivo tiene que ver con que el entrenador aparece dentro de la población de riesgo no por su edad, pero si por el cáncer de próstata que lo afectó años atrás y del que se recuperó por 2018.
Mientras se termina de resolver los pasos a seguir en Boca, el entrenador se quedará lejos de ellos y no podrá participar de las próximas prácticas, que además presentará trabajo diferenciados. Más adelante, el club se expresará para dar a conocer nuevas instrucciones y medidas de cuidados de sus jugadores.