fbpx

La economía Argentina toca fondo, ¿Puede haber un nuevo 2001?

El derrumbe en los datos de actividad económica encendió las alarmas. Similitudes y diferencias entre las crisis. ¿Vamos hacia otro estallido social?


Los datos del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) publicados por el Indec hicieron sonar las alarmas. Era previsible que, con la llegada de la pandemia del coronavirus y la implementación de la cuarentena para frenar su avance, la producción profundice su caída. Pero el derrumbe del 26,4% en la actividad del mes de abril con respecto al mismo período de 2019 fue catalogado como “el peor de la historia”. En consecuencia, aparecieron las comparaciones con la que efectivamente fue la peor crisis de nuestra historia: el 2001.

La abrupta caída en la actividad durante abril se explica por el absoluto cierre de establecimientos productivos con la imposición del aislamiento obligatorio, en su “fase 1”. Conforme se avance con la apertura y habilitación de más actividades, el número tenderá a recomponerse mes a mes. Pero, a la hora de medir el nivel de producción de una economía suele usarse como referencia el Producto Bruto Interno (PBI), un índice anual.

Las proyecciones sobre la evolución del PBI para este 2020 son dispares. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), elaborado por el Banco Central a partir de los análisis de las consultoras privadas, proyecta una contracción del -12%. Por su parte, en el 2001 la caída del PBI fue de -4,4%. Pero el año donde se sintió de lleno el impacto de la crisis del estallido de la convertibilidad fue el 2002. El Producto de este período registró un derrumbe del -10,9%. Como vemos, casi con seguridad nos espera un año con una economía en caída libre, una de las peores de nuestra historia.

Corralito y default

Sin embargo, estamos frente a dos situaciones muy diferentes. La más obvia: hoy atravesamos una pandemia. El 2001, por su parte, fue caracterizado por el famoso “corralito”. Esta palabra se refiere a la prohibición de extraer dinero en efectivo de los bancos para sumas superiores a los 250 pesos o dólares por semana. El ministro de Economía de entonces, Domingo Cavallo, tomó esta decisión en respuesta al corte en el flujo de fondos del FMI hacia nuestro país. Esto se debe a que la fuga de capitales se había tornado incontrolable, superando los u$s 16.000 millones sólo en 2001.

Hacia fin de año, Argentina declaraba el cese de pagos de su deuda externa por unos u$s 102.000 millones. En la actualidad, la situación parece apuntar en el sentido contrario: Argentina se encamina a salir del default con los acreedores privados y a recomponer su vínculo con el Fondo Monetario Internacional.

Lo mismo puede decirse con respecto a la posibilidad de una crisis bancaria. Las Reservas del BCRA se mantienen relativamente estables en los u$s 43.000 millones y con un arreglo en la deuda es probable que no se presenten mayores problemas. Por su parte, los bancos comerciales están inundados de pesos, consecuencia de la inédita emisión monetaria de los últimos meses: en lo que va del año, el Banco Central emitió más de $1 billón.

Inflación y déficit

En términos de inflación, al parecer estamos frente a dos escenarios bastante similares. En 2002, la suba de precios se ubicó en un 42%, mientras que el REM del BCRA estima un 40,7% para el año corriente. Sin embargo, el proceso de fuerte emisión monetaria plantea la posibilidad de que este número se acelere en la medida en que la actividad económica se recomponga, hacia fines de año.

Por otro lado, las cuentas fiscales muestran diferencias importantes entre ambos períodos. En 2002, el déficit llegó al 3%, pero el 2003 inauguró un período de superávit. Para este año, se espera que el rojo en las cuentas fiscales sea mucho mayor, alrededor del 7%. Es que en la actualidad el Estado debió ampliar su gasto en forma considerable, tanto para reforzar el sistema sanitario para enfrentar a la pandemia, como en ayuda económica para los sectores afectados por la cuarentena.

El drama social

Otra gran diferencia entre el 2001 y la actualidad es que aquel momento estuvo marcado por una crisis política y social de grandes dimensiones. Saqueos, levantamientos populares y sucesivas renuncias de presidentes marcaron la época. En cambio, Alberto Fernández viene de ganar las elecciones hace menos de un año con el 49% de los votos y mantiene una elevada imagen positiva. Pese a sufrir una caída en las encuestas por la contracción económica, el presidente sostiene altos índices de aprobación por su manejo de la pandemia.

Fue el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, quien encendió las alarmas: “Cuando en 2001 explotó fue por hambre. Salieron a saquear todos los negocios por comida. Hoy la bronca es de la gente que está sin trabajar. Y lo peor es que muchos están con necesidades mucho mayores que en 2001”. “Para fines de agosto vamos a estar como en 2001 aproximadamente, viví dos saqueos y pienso que la gente va a volver a 2001”, advirtió.

Por su parte, el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, respondió a estos comentarios resaltando el rol de contención del Estado: “Este gobierno tomó la decisión del cuidado de las personas: primero la salud; luego comenzó a generar herramientas para el cuidado de los ingresos de las familias. El IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) llega a 9 millones de argentinos, el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) llegó a 2 millones y medio de trabajadores, y se otorgaron 500 mil créditos a monotributistas y autónomos. 2.8% del PBI se destinaron directamente a la asistencia”. “Estamos comprando alimentos para 11 millones de argentinos”, sentenció en una entrevista televisiva.

 


Compartilo con tus amigos!