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La dura carta de una víctima contra el ex obispo Zanchetta, la Justicia y la Iglesia


Marcio Torina es una de las víctimas que denunció abuso sexual por parte de Gustavo Zanchetta, ex obispo de la localidad de Orán, en el norte de  la provincia de Salta.

A horas de conocerse el veredicto en el juicio contra el sacerdote, el joven exseminarista publicó en su perfil de Facebook una sentida carta abierta criticando a la Justicia y a la Iglesia conducida por Mario Antonio Cargnello: los acusó de «no escuchar a las víctimas y de mirar para el costado».

«En un par de hora dará inicio la parte final de un juicio y un proceso que comenzó hace años. Una mezcla de sensaciones y sentimientos. Pero desde que comenzó todo siempre tuve la certeza que la verdad tiene fuerza por si sola para salir a la luz.

A los jueces que tienen la napoleónica tarea de dictar una sentencia sólo les pido justicia. Que tengan en cuenta los numerosos testimonios que coinciden en un punto: la depravación de este sujeto reprochable. Y consideren el aporte de profesionales de la salud mental y peritos.

A la fiscal Soledad Filtrin y fiscalía decirle gracias por siempre haber creído en nosotros. Por la contención y escucha atenta que siempre tuvieron.

A los curas Martín, Juanjo y Gabriel también gracias. Porque en lo personal si me sentí acompañado desde sus lugares.

A los denunciantes y testigos, un gracias por la valentía de enfrentar todo. Sé de lo difícil que fue enfrentar la situación, lo doloroso del proceso, la sensación de incomprensión y prejuicio. Sepan que no están solos.

A mi familia y familia de seminaristas y ex seminaristas, perdón por el dolor que significó esto y gracias por siempre estar al pie del cañón.

A los fieles y amigos que acomañanan desde el lunes pasado a fuera del juzgado, un enorme gracias. Que gran valor que tienen al no sentirse presionados a callar sus voces por nada ni por nadie.

A los curas que con su silencio apoyan la complicidad, me dan pena. Ellos sabrán por qué lo hacen. Pero sepan que hubo jóvenes que confiaron en ustedes.

Luis Socozzina con su inacción hizo también lo propio. Declaro negando conocer situaciones de abuso y las tildó de incomodidades. Que fácil usar palabras más dulces en lugar de condenar, si sabrá la iglesia de eso. Acaso el obispo no se acuerda cuando nos llevó a un abogado, Gianotti justo actual defensor de Zanchetta, para que hable con nosotros y se cansó de desalentarnos de denunciar o testimoniar. Que vergüenza que algunos nos hayamos sentido más escuchados por Silvia Noviasky que por el obispo o formadores nuevos.

Y Zanchetta. Siento una mezcla de bronca y lastima por vos. Que increíble que no reconozcas nada, pero bueno, que más se le puede pedir a un psicópata manipulador. Así como actuó la justicia civil, espero lo suyo de la canónica. Porque que fácil seguir teniendo la protección eclesial, que el mismo Francisco te haya llevado a Roma y te invente un laburito. Tener techo y comida diaria. Tenes que saber que nos fuiste arruinando la vida. Rompiendo sueños y proyectos. Hoy en día muchos la peleamos día a día, experimentamos el amargo sabor de la soledad, la incomprensión y el prejuicio. Nada nos viene de arriba. No somos de familias adineradas, no tenemos padrinos políticos ni religiosos. Y aquí estamos, pidiendo Justicia.

Acompaña mi relato la imagen del ciervo que se acerca a beber de la fuente de la verdad. Porque decida lo que decida el tribunal, sé que todo es verdad. Y tiene fuerza propia para buscar la luz».


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