En Brasil, uno de los países más afectados del mundo por la pandemia de coronavirus, el promedio de casos comenzó a registrar un leve incremento en las últimas semanas y científicos estadounidenses y brasileños ya alertan por una tercera ola a partir de junio.
Según publica el diario O Globo, el Instituto de Métricas de Salud y Evaluación de la Universidad de Washington proyectó que Brasil puede llegar a los 750.000 muertos el 27 de agosto, siempre y cuando el 95% cumpla con las medidas de prevención. El mismo cálculo estima que al 21 de septiembre -fin del invierno- se pueden registrar 973.000 muertes, más del doble que los 436.000 decesos acumulados hasta el momento.
La demora en el proceso de vacunación y el aumento de la circulación y el contacto social podrían generar una tercera ola en Brasil, alertaron los especialistas.
Según dijo al mismo medio el médico y profesor de Matemática Aplicada de la Universidad Fundación Getulio Vargas, Cláudio Struchiner, el cálculo de sus pares de Estados Unidos es «posible», aunque hay variantes que aún se desconocen como las vacunas o nuevas cepas.
Brasil frenó el colapso hospitalario que dejó, mezclado con la variante P1 o cepa de Manaos, un récord de muertos en marzo y abril, alterando incluso el orden demográfico del país, con más fallecimientos que nacimientos.
El país se encuentra actualmente con un promedio de 1.900 muertos por día y las proyecciones indican que el 21 de julio, si es que existe una tercera ola, podría volver a un promedio diario de 3.300 fallecidos.
Lo mismo que indicó la Universidad de Washington fue alertado la semana pasada por el laboratorio federal Fiocruz, que desarrolla localmente la vacuna AstraZeneca.
«Evitar la tercera ola dependerá mucho de la vacunación, que ya se muestra efectiva en la reducción de muertes e internaciones. Lo ideal es vacunar 2 millones de personas por día», dijo Ethel Maciel, profesora de la Universidad Federal de Espirito Santo y doctora por la Universidad John Hopkins.
Hasta la fecha, Brasil aplicó más de 57 millones de vacunas, aunque, en las últimas semanas, reportó una fuerte caída en el ritmo de inoculación,