Este noviembre, jubilados y pensionados de Argentina recibirán un bono extraordinario de $70.000, oficializado a través del Decreto 965/2024 y publicado recientemente en el Boletín Oficial.
La medida, que ANSES viene implementando sin actualizaciones desde marzo, busca reforzar los ingresos mínimos, aunque muchos cuestionan su impacto real en un contexto de alta inflación y costos de vida en alza. A pesar de este bono, la reciente suba del 3,47% en haberes, basada en la fórmula de movilidad que se ajusta según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre, apenas logra cubrir una fracción de las necesidades de los beneficiarios.
Desde la entidad, detallaron que el haber mínimo de jubilación para este mes ascenderá a $252.798,48, y sumando el bono de $70.000, ningún jubilado cobrará menos de $322.798,48 en noviembre.
En el caso de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), el ingreso total con el bono será de $272.238,78, mientras que las Pensiones No Contributivas (PNC) por invalidez y vejez alcanzarán los $246.958,94. Estas cifras muestran una mejora respecto a octubre, donde los haberes mínimos, con el bono, promediaban los $314.321.
Además de las pensiones, la Asignación Universal por Hijo (AUH) se incrementará en un 3,47%, quedando en $90.837, y la Asignación Familiar por Hijo para el primer rango de ingresos ascenderá a $45.420. Este ajuste fue recibido con críticas por algunos sectores, que cuestionan la falta de una actualización real para el bono desde marzo, en contraste con los aumentos de precios.
Impacto del bono en términos reales y situación económica de los jubilados
La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) informó que, en términos reales, los haberes mínimos, incluidos los bonos, han sufrido una caída del 6% en lo que va de 2024. Por el contrario, aquellos jubilados con haberes superiores al mínimo mostraron una mejora del 10% en su poder adquisitivo comparado con diciembre de 2023. Esta disparidad refleja cómo el bono extraordinario para jubilados y pensionados de menores ingresos ha visto su valor “licuado” por la inflación, que no ha tenido ajustes periódicos a pesar de los constantes aumentos en la canasta básica y servicios esenciales.
Además del impacto en ingresos, los jubilados y pensionados han perdido otros beneficios desde principios de 2024. Por ejemplo, aquellos con haberes mínimos ya no reciben el reintegro del IVA en compras realizadas con tarjetas de débito asociadas a sus cuentas de ANSES. Sumado a esto, la cobertura de medicamentos a través de PAMI también se ha visto limitada, y algunos beneficiarios notan que su poder adquisitivo se encuentra reducido pese al apoyo extraordinario.
Previsión para 2025 y dudas sobre la continuidad del bono
Mariano de los Heros, director de ANSES, ha adelantado que el proyecto de Presupuesto 2025 contempla la continuidad del bono de $70.000, aunque sin ajustes adicionales por inflación. También anticipó que el Gobierno no tiene previsto extender la moratoria previsional que vence en marzo de 2025. Esto significa que miles de jubilados y pensionados, que dependen en gran medida de estos apoyos para cubrir sus gastos, seguirán percibiendo este bono sin incrementos, lo cual preocupa a especialistas en economía que alertan sobre un potencial deterioro en el nivel de vida de los adultos mayores.
La decisión del Gobierno de mantener un bono sin ajustes en el contexto actual podría tener consecuencias sobre el consumo y el mercado interno. Las organizaciones de jubilados y pensionados han expresado su preocupación por la insuficiencia de este beneficio, sosteniendo que, sin una actualización periódica, el bono no puede cumplir con su objetivo de sostener la calidad de vida de los sectores más vulnerables. Así, el planteo gira en torno a la necesidad de una estrategia a largo plazo que permita que el haber mínimo mantenga, al menos, su poder adquisitivo frente a la inflación.