El juez Hugo Martínez había resuelto la prisión preventiva, a pedido de la Fiscalía que lleva adelante la investigación. Sin embargo, un juez de instancia superior rectificó la decisión de su colega y el sacerdote esperará el proceso en casa.
Poder Judicial.- El juez de la sala IV del Tribunal de Impugnación, Adolfo Figueroa, decidió hacer lugar parcialmente al recurso de apelación que presentó la defensa del sacerdote y Capellán de la Universidad Católica de Salta, José Carlos Aguilera, y ordenó su arresto domiciliario.
En ese sentido, el juez revocó parcialmente la resolución del juez de Garantías 5, Hugo Héctor Martínez, que había rechazado las medidas sustitutivas solicitadas por la defensa y mantener la detención ordenada.
En casa pero no libre
El juez Figueroa ordenó que Aguilera permanezca detenido en el domicilio que fijó en la causa, con consigna policial ambulatoria. Además tiene prohibido mantener o intentar contactar a los denunciantes, sea de forma personal o por interpósita persona, o por cualquier medio (telefónico, misivas, etcétera).
Alivio pascual
Si bien la investigación recién comienza y la fiscal María Luján Sodero Calvet insistirá con la prisión preventiva, el hecho de que Aguilera haya dejado la Alcaidía para poder volver a su hogar cayó como un bálsamo entre las autoridades de la Universidad Católica de Salta, el Arzobispado y la importante comunidad de fieles que apoyó al religioso desde el primer momento con la campaña «Yo Estoy con Vos».
Los jóvenes de la Pastoral Universitaria no cesaron con los mensajes de apoyo y el arzobispo Mario Antonio Cargnello lo visitó antes de Pascuas: Aguilera, al igual que el resto de los sacerdotes acusados de abuso, siempre contaron con el apoyo de la dirigencia salteña católica, apoyada en el principio de inocencia hasta que una sentencia firme demuestre lo contrario.
En caso de incumplir los términos de la prisión domiciliaria podría volver a la Alcaidía.
El sacerdote se encuentra acusado por abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización agravado por ser ministro de culto. Son varias las denuncias y no descartan que se amplíe el número de víctimas que se sumen a las denuncias: el intendente de Campo Santo, Mario Cuenca, declaró que lo denunció ante la cúpula de la Iglesia hace muchos años pero le dieron la espalda.