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El último gran escándalo del fútbol. Se cumplen 5 años del «FIFA Gate».


El 27 de mayo de 2015 se destapó uno de los escándalos más grandes de corrupción en la historia del deporte mundial. En Zurich, nueve miembros de la FIFA fueron detenidos por orden internacional de la fiscalía de Nueva York en una inicio de investigación por pago de coimas, sobronos y decisiones fraudulentas que rompieron toda la estructura.

La continuación de los eventos llevó a los nombres más altos del ente internacional y allí aparecieron Joseph Blatter y Michel Platini. Los presidentes de FIFA y UEFA parecían intocables, pero terminaron cayendo y fueron suspendidos por ocho años por una causa en la que fueron coprotagonistas.

En lo que fue conocido como «FIFA Gate», las autoridades suizas identificaron un «pago deshonesto» de unos dos millones de dólares al exfutbolista francés desde una cuenta del suizo. Supuestamente, el dinero estaba destinado a obras efectuadas entre 1999 y 2002, aunque el pago fue realizado en 2011.

Desde ese entonces, la FIFA se apoyo en el gobierno de Suiza, país en el que tiene sede central, y el 5 de octubre de 2015 el Comité de Ética resolvió una suspensión parcial de 90 días para ambos directivos, lo que obligó a Blatter a dejar su cargo luego de 27 años y lo mismo para Platini, tras 8 años en UEFA.

En lo que fue el comienzo del fin para ambos, en especial para Platini que se perfilaba como el sucesor en el ente mundial, el 21 de diciembre se dictó la sentencia final en la que ambos fueron condenados a ocho años de suspensión en cargos vinculados al deporte. Blatter tenía 79 años y Platini, 60 años.

«Realmente lo siento por el fútbol, (…) lo siento por la FIFA (…) pero también lo siento por mí, por la forma en que he sido tratado, en que he sido manchado», expresó el ex presidente de la FIFA, que jamás pudo comprobar su palabra ante los tribunales y terminó quedando afuera del fútbol.

Platini, por su lado, terminó de manchar su carrera como el espléndido futbolista que fue para Juventus y la Selección de Francia, aunque optó por el silencio y dejó que sus abogados busquen una salida que nunca llegó. A cinco años de esa primera suspensión, siguen sin ser claros los motivos del dinero, aunque se cree que tuvo que ver con la designación de las sedes del pasado mundial en Rusia (2018) y el futuro en Qatar (2022).

 


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