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Denuncian que una joven fue drogada en un boliche salteño


La víctima, de 20 años, apuntó contra un hombre que se les acercó esa noche. El hecho ocurrió en uno de los boliches ubicados en El Portezuelo.

Tres amigas decidieron comenzar de la mejor manera el primer fin de semana de abril. El viernes 1 salieron a divertirse y se dirigieron hacia un boliche ubicado en la zona del portezuelo. Ingresaron cerca de las 3.30, según contaron estaban lúcidas, y en menos de 20 minutos dos de las jóvenes cayeron desmayadas. Segundos antes, un muchacho se acercó y les convidó un trago que al parecer tenía alguna sustancia. Lo que debía ser un momento de divertimento terminó en un calvario.

La situación es de una gravedad enorme, dado que no es la primera vez que una joven es engañada en la noche salteña bajo esa modalidad: las invitan a tomar un trago que contiene alguna sustancia para dejarlas sin conciencia, vulnerables frente a un victimario capaz de hacer cualquier cosa con ellas. Uno de los casos sonados que este año irá a juicio es el del diseñador de modas Pablo Marcelo Rangeón. Según las denuncias, invitaba a quienes serían sus modelos al boliche «One», donde las drogaba y luego abusaba sexualmente de ellas.

La joven de 20 años que denunció haber sido «drogada» en el interior del local bailable durante la madrugada del viernes primero de abril contó que al ingresar se dirigieron hacia el sector VIP del boliche, donde «a una de mis amigas la perdimos de vista», expresó. «Salimos a la parte de un balcón y se nos acercó un chico que nos dio charla y nos convidó un trago». La denunciante y su amiga sostienen que nunca vieron que el muchacho tomara del mismo vaso de plástico. El recuerdo siguiente de la víctima fue en el baño del lugar, donde «no paraba de vomitar, me sentía muy mal».

A raíz de presuntas acciones espurias por parte del hombre, a quien las chicas tienen identificado, ambas quedaron vulnerables, sin poder pararse prácticamente. Al cabo de algunos minutos llegaron los padres de la denunciante y la llevaron hasta una clínica del centro salteño.

Antes de la intervención de sus progenitores el accionar de la seguridad del boliche, tanto privada como la de funcionarios policiales, expuso una desidia absoluta frente a un delicado escenario. «Se querían sacar el «problema’ de encima, las amigas de mi hija me contaron que los policías lo primero que quisieron hacer fue dejarlas tiradas afuera del boliche y no pudieron porque mi hija no podía mantenerse de pie», contó la madre de una de las víctimas.

«Quien me quita lo bailado». La frase pertenece al joven que fue denunciado de haber drogada a dos de las amigas, lo escribió en una de sus redes sociales. El mismo sujeto intentó en más de una oportunidad, y sin lograrlo, ser amigo de la víctima a través de Instagram. Otra cuestión que provocó las sospechas de las jóvenes fueron fotos que les llegaron de aquella noche de terror, junto al sospechoso.

El Tribuno


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