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Volver al Futuro cumple 34 años: cómo se hizo este clásico del cine pop

Como ya sabemos, todo el ecosistema está fallando: Instagram, Facebook y WhatsApp. Trás la problemática, la plataforma hizo un anuncio.


A comienzo de la década del ochenta, durante una visita a la casa de sus padres, el productor y guionista Bob Gale se encontró recorriendo un viejo anuario de su padre y preguntándose si de haberse conocido en la secundaria hubieran sido amigos. Ese concepto básico disparó la premisa de Volver al Futuro (“Back to the Future”), la película que escribiría junto a su socio y amigo Robert Zemeckis.

Pero el camino para volver esa idea en una realidad fue mucho más complicado de lo que parecía en un momento, en particular porque el dúo decidió, después de trabajar junto a un consagrado Steven Spielberg (a quién le había encantado el guión) en sus primeras películas, que Volver al Futuro iba a venderse por mérito propio y no porque era un proyecto «los amigos de”.

Inicialmente la película fue rechazada por todos los estudios por no ser lo suficientemente “picante” en tiempos en los que Porky’s (1981) o Negocios Riesgosos (“Risky Business”, 1983) eran los productos que los jóvenes consumían. Pero cuando Robert Zemeckis estrenó en 1985 Tras la esmeralda perdida (“Romancing the Stone”) con Michael Douglas, Kathleen Turner y Danny DeVito, se convirtió en una celebridad y Hollywood se rindió a sus pies. Una vez vendido el guión el director y el productor decidieron que no había conflicto de intereses si Spielberg participaba como productor ejecutivo y el trío se lanzó a hacer historia.

Por supuesto los problemas no terminaron ahí. En el guión original, por ejemplo, no existía el DeLorean sino que Marty McFly iba a viajar al pasado en un aparato estático similar a una cámara del tiempo. Dado que no había auto la icónica escena de la torre del reloj tampoco estaba presente: el Doc (el “profesor” Brown en el guión original, quien tenía un ¡chimpancé! llamado Shemp de mascota) iba a poner la cámara del tiempo en la parte trasera de una camioneta y la llevaría a un sitio de pruebas nucleares esperando una explosión nuclear que la enviara a 1985.

Sid Sheinberg, la cabeza de Universal Pictures durante la década del setenta y el ochenta (y el hombre que “descubrió” a Steven Spielberg) odiaba el título Volver al Futuro y de hecho le propuso a Gale y Zemeckis cambiarlo por Spaceman from Pluto, basado en el cómic Space Zombies from Pluto que Peabody Sherman está leyendo cuando Marty se estrella en la granja de su familia en 1955. Por fortuna Spielberg, que había trabajado durante casi una década con el ejecutivo, intercedió para que el nombre original sobreviviera.

Con el guión listo y el nombre confirmado, comenzó la búsqueda del protagonista. Zemeckis y Gale admitieron haber escrito Volver al Futuro con Michael J. Fox, que en ese momento la estaba rompiendo en TV con Family Ties, en mente. Pero Fox, recelosa de su estrella, no le permitió al actor ni acercarse a la producción y el equipo tuvo que salir a buscar un reemplazo. Después de considerar a medio Hollywood para el papel (incluyendo a Johnny Depp, John Cusack, Charlie Sheen, Corey Hart y Robert Downey Jr.) Eric Stoltz se convirtió durante cinco semanas de Marty McFly.

De inmediato el director y los productores se percataron del error que habían cometido. El actor le imprimió una intensidad y una oscuridad al personaje que poco tenía que ver con el desenfado y el tono más liviano que Zemeckis y Gale esperaban para la película. La razón era simple: Stoltz no era un comediante y como gran parte de su generación estaba buscando convertirse en el próximo Pacino o De Niro. Siendo un actor de método pedía que el equipo lo llamase Marty en todo momento y de hecho le dejó varios moretones a Tom Wilson (el actor que interpretaba a Biff Tannen) durante la filmación de la escena en la que ambos se enfrentan en la cafetería.

Aunque Universal inicialmente se resistió a cambiar el protagonista y volver a filmar las cinco semanas de trabajo, eventualmente accedió y llegó a un acuerdo que le permitió a Michael J. Fox filmar la serie durante el día y la película durante la noche — aunque eso implicase un gasto físico descomunal.

“Michael tuvo que pelear contra la fatiga,” recuerda Dean Cundey, el director de fotografía. “Estaba muy arriba durante las escenas pero después lo veía sentado en la silla haciendo fuerza para no quedarse dormido. Pero era contagioso. Realmente tuvo un efecto positivo en el set.”

Más de tres décadas después Fox continúa contagiando a los espectadores con su energía y la película continúa convirtiéndose en un clásico para cada nueva generación. Aún así mucho piden, en tiempos de remakes constantes, el regreso de la franquicia, algo que aparentemente sucederá (literalmente) sobre los cadáveres de Robert Zemeckis y Bob Gale, los dueños de la palabra final. El año pasado el director lo dijo claramente:

“Nunca habrá, de ninguna manera, una ‘Volver al Futuro 4’. No habrá más ‘Volver al futuro’.”

Seguiremos viendo la original una y otra vez hasta el fin de los tiempos entonces.

 


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