El fenómeno climático aparecerá tras días soleados y de temperaturas agradables. Cuáles serán las zonas afectadas.
Con el cierre de agosto, en Argentina vuelve a instalarse un tema recurrente en las conversaciones cotidianas: “¿Cuándo llega la tormenta de Santa Rosa?”. Año tras año, este fenómeno ocupa espacio en los pronósticos, en las charlas de sobremesa y hasta en las creencias populares. Pero este 2025 viene acompañado del fenómeno ciclogénesis.
Para algunas personas es un mito con raíces religiosas, para otros una coincidencia climática que se repite con frecuencia, pero lo cierto es que en esta temporada vuelve a tomar protagonismo por un motivo particular: las proyecciones meteorológicas coinciden con la tradición. Todo indica que el fin del mes no pasará desapercibido y que el clásico temporal dejará huella.
Los especialistas advierten que la tormenta que se aproxima podría ser una de las más intensas de los últimos tiempos. Modelos internacionales y estimaciones del Servicio Meteorológico Nacional sugieren acumulados de entre 40 y 70 milímetros de agua en pocas horas, con actividad eléctrica y ráfagas de viento que comprometerán varias provincias del centro y noreste del país.
El impacto no se limitará a una zona puntual: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa aparecen entre las más expuestas. Para quienes siguen de cerca la estadística, los números refuerzan la expectativa: en el 57% de los años entre 1906 y 2023 hubo tormentas significativas alrededor del 30 de agosto.
La coincidencia entre mito, calendario y ciencia convierte a este año en un caso especial. Tras jornadas de pleno ambiente primaveral, con temperaturas en ascenso y cielos despejados, llegará un brusco cambio que marcará el cierre de agosto y dejará condiciones totalmente opuestas.
A ese contraste se suma un fenómeno meteorológico de mayor complejidad: la posibilidad de una ciclogénesis, es decir, la formación de un centro de baja presión que intensifica lluvias y tormentas. La mezcla entre tradición y evidencia científica refuerza el interés de una fecha que atraviesa cultura, historia y meteorología.
Qué recomendaciones hay que tomar
Las provincias más expuestas a la tormenta de Santa Rosa son Buenos Aires Córdoba Santa Fe Entre Ríos y La Pampa según las proyecciones (AP)
Ante la proximidad de la tormenta, los especialistas insisten en la necesidad de tomar precauciones básicas para reducir riesgos.
En primer lugar, mantenerse informado a través de los canales oficiales de alerta meteorológica. Evitar la circulación innecesaria durante los momentos de mayor intensidad, especialmente en rutas y calles con riesgo de anegamiento. Revisar desagües y canaletas en los hogares, asegurar objetos sueltos en balcones o patios y resguardar a las mascotas forman parte de las medidas preventivas recomendadas.
En caso de tormentas eléctricas, se aconseja no refugiarse debajo de árboles ni manipular artefactos eléctricos conectados a la red. Para quienes transiten en vehículos, la clave es reducir la velocidad y detenerse en un lugar seguro si la visibilidad se ve comprometida.
En zonas rurales, se recomienda resguardar al ganado y alejarlo de corrientes de agua. Son medidas simples pero efectivas para atravesar el evento con menor exposición a los riesgos.
Más allá de las recomendaciones prácticas, la tormenta de Santa Rosa representa también una oportunidad para reflexionar sobre cómo interactúan ciencia, historia y cultura.
Lo que comenzó como una creencia religiosa en el siglo XVII hoy encuentra explicación en los manuales de meteorología, aunque la tradición y la fe sigan ocupando un lugar central en la memoria colectiva. La coincidencia de este año, con una tormenta prevista justo en las fechas emblemáticas y reforzada por un proceso de ciclogénesis, refuerza la vigencia de un fenómeno que conecta generaciones.