Benjamín Netanyahu descartó que una ofensiva contra el ayatollah Ali Khamenei intensifique las tensiones entre ambos países. La advertencia a Estados Unidos.
En medio de la agudización del conflicto entre Israel e Irán, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sugirió que un asesinato del líder supremo iraní, el ayatollah Ali Khamenei, puede poner fin al prolongado conflicto entre ambas naciones.
En declaraciones a medios estadounidenses, el premier del estado hebreo afirmó que una operación de tal magnitud no intensificaría el conflicto, sino que le pondría fin, al señalar al régimen de Irán como el responsable de medio siglo de inestabilidad en la región.
Netanyahu profundizó su argumento al aseverar que Teherán extendió su influencia en todo Oriente Medio, a la vez que lo acusó de fomentar el terrorismo y el sabotaje. Sobre esta base, justificó el accionar de Israel en aras de prevenir lo que considera una “guerra eterna” de parte de la república teocrática.
A su vez, el primer ministro de Israel, en una señal para pedir que Estados Unidos intervenga, dijo que los intereses de seguridad nacional de EE.UU. están vinculados a la capacidad israelí para detener las amenazas nucleares: “Hoy es Tel Aviv, y mañana es Nueva York”, lanzó.
Las declaraciones del primer ministro pusieron de relieve la cuestión de una escalada del conflicto a través del asesinato de los principales líderes políticos, militares y religiosos de Irán, y las posibles represalias que podría desencadenar.