El recorte de subsidios representa una parte fundamental del déficit cero y el acuerdo con el FMI. Apuntan a que en 2030 el gasta en asistencia a las tarifas de luz y gas sea 80% menor al actual.
Uno de los pilares del acuerdo entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) es el de reforzar el ajuste sobre el gasto público y llegar al déficit cero. Parte de este gasto va destinado a los subsidios para las tarifas eléctricas y de gas.
En ese sentido, desde el Ejecutivo buscan reforzar un plan para que las partidas destinadas a los subsidios a la energía caigan algo más del 80% hacia 2030.
Para el presente año, 2025, los subsidios a la energía están previstos en 6.303 billones de pesos, un alza de menos del 22% respecto al año anterior, es decir, muy por debajo de la inflación.
Para 2026, en tanto, se espera que los subsidios energéticos insuman 6.316 billones de pesos, con lo que perderán contra la inflación también. A su vez, par
a 2027, el Gobierno estima que los subsidios sean la mitad de los que rigen en la actualidad para así llegar a 2030 a representan 1.150 billones de pesos, un 20% de las partidas actuales.
Ante el Fondo, el equipo del ministro de Economía Luis Caputo planteó que continuarán sus “esfuerzos para reducir los subsidios a la energía, garantizando una recuperación adecuada del costo promedio de la electricidad”.
Para hilar fino con la cuestión de los subsidios, el Gobierno busca focalizarlos en los sectores más vulnerables, con un esquema similar a la tarifa social. Como parte de ese plan, pretende crear un registro social único, cuyo lanzamiento se prevé para finales de diciembre, justo cuando cerrará la segunda etapa que el FMI revisará hacia finales de enero de 2026.
En ese marco, se estima que el Ejecutivo cruzará no solo los datos de subsidios energéticos, sino de programas y asignaciones que cada ciudadano recibe del Estado.