El trabajador de prensa fue herido con un carticho de gas lacrimógeno en una marcha de jubilados.
El fotógrafo Pablo Grillo, quien sufrió una fractura de cráneo tras recibir el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno durante una marcha de jubilados frente al Congreso el 12 de marzo, fue trasladado nuevamente a terapia intensiva y será sometido a una operación cerebral debido a un cuadro de hidrocefalia. Según el último parte médico, la acumulación de líquido cefalorraquídeo es consecuencia directa del traumatismo craneal.
Grillo había mostrado signos de recuperación tras más de 50 días en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía. Incluso se lo vio caminando y tomando aire en la terraza del hospital, lo que generó esperanza entre sus allegados. Sin embargo, días antes de recibir el alta prevista para el 13 de mayo, los médicos detectaron una pérdida de líquido cefalorraquídeo, lo que llevó a una primera intervención quirúrgica. Al no poder frenar la pérdida, se decidió una nueva operación.
La familia de Grillo expresó su preocupación y pidió apoyo a través de la cuenta de X @JusticiaXGrillo: “A seguir rezando, enviando todo el amor y las energías positivas para que Pablo continúe luchando”. El caso generó una ola de solidaridad en redes sociales, especialmente entre colegas y organizaciones de prensa.
El incidente que dejó a Grillo gravemente herido ocurrió mientras cubría una manifestación de jubilados. El cartucho de gas lacrimógeno que lo impactó fue disparado por el gendarme Héctor Guerrero, según denunció su padre. La Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) exigió la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y denunció un patrón de represión sistemática hacia los trabajadores de prensa.