En medio de tensiones entre sectores reformistas y conservadores la fecha fue confirmada por el Vaticano. Participarán 135 cardenales menores de 80 años y procedentes de todo el mundo.
Tras el multitudinario funeral de Jorge Bergoglio, el Vaticano vive horas intensas de reuniones y negociaciones que definirán el futuro de la Iglesia católica. Con la Capilla Sixtina como escenario inminente, los cardenales avanzan en la organización del cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco.
Según indico el Vaticano, el inicio del cónclave será el 7 de mayo, tras el período de luto de nueve días, conocido como “novendiales”. Sin embargo, la fecha concreta podría ser anunciada en las próximas horas, según dejaron trascender fuentes eclesiásticas.
“El cónclave para elegir al 267º Sucesor de Pedro comenzará el miércoles 7 de mayo: lo han decidido los cardenales en la V Congregación General este lunes 28 de abril por la mañana”, indicaron desde el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede.
Mientras tanto, los cardenales ya realizan las llamadas “congregaciones generales”, encuentros a puertas cerradas donde se debate el rumbo que debería tomar la Iglesia. Se trata de una instancia clave, ya que los discursos y deliberaciones secretas perfilan el tipo de líder que buscarán elegir: uno que continúe la línea reformista de Francisco o un pontífice de tendencia más conservadora.
Un legado que divide: continuidad o ruptura
La muerte de Francisco abrió viejas grietas dentro del Vaticano. Aunque su popularidad entre los fieles fue enorme, su pontificado también generó resistencias internas, especialmente entre sectores de la curia que cuestionaban sus reformas y su estilo pastoral.
Por eso, las congregaciones de estos días son más que meros trámites: representan una pulseada política para definir si el próximo papa profundizará el camino trazado por Bergoglio o marcará un giro más tradicionalista.
El cardenal alemán Reinhard Marx, una voz escuchada dentro del Colegio Cardenalicio, anticipó que el cónclave “no será largo” y sostuvo que el nuevo líder deberá ser “comunicativo” y “poner en el centro la autoridad del Evangelio”. Sus palabras fueron interpretadas como un guiño a la continuidad del estilo pastoral de Francisco.
El precedente más claro de cómo estas reuniones pueden ser decisivas ocurrió en 2013, cuando el entonces cardenal Jorge Bergoglio pronunció un discurso breve pero impactante sobre la necesidad de una Iglesia “en salida”, volcada a las periferias. Ese mensaje caló hondo en los cardenales y fue clave para su elección como papa.
Ahora, los discursos nuevamente buscarán consensuar el perfil de quien guiará la Iglesia en tiempos de enormes desafíos internos y externos.
Entre los temas delicados que deberán resolverse antes de que comience el cónclave figura el del cardenal Angelo Becciu. Condenado por corrupción y sancionado por el propio Francisco, el polémico sacerdote busca ahora ser habilitado a votar en la elección papal, pese a que el difunto pontífice dejó instrucciones claras para excluirlo.
Ante el riesgo de un escándalo que manche el proceso, los cardenales crearon una comisión especial de cinco miembros para analizar el caso. Según la prensa italiana, en una situación insólita, el propio Becciu sería parte de esa comisión que debe definir su suerte.
Mientras tanto, Roma se llena de especulaciones sobre nombres, perfiles y alianzas. En el corazón del Vaticano, el aroma del incienso se mezcla con el vértigo de una elección que marcará el rumbo de la Iglesia para los próximos años.