El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, anunció la intención de su administración de comenzar un proceso de relajamiento en las restricciones de movimiento y distanciamiento social que el país ha mantenido de manera estricta desde el pasado 9 de marzo.
Si bien todavía no ha especificado los alcances en cuestión, los planes de Conte en el país donde el coronavirus ha sido más letal que en cualquier otro lugar de Europa, parecen enfocados a intentar revivir la economía nacional.
En esto, mediante una conferencia de prensa brindada el domingo último, el funcionario se realizó a la fase 2 de respuesta, la cual comprende:
- Los negocios de construcción, manufactura y mayoristas abren el 4 de mayo
- Los minoristas abren el 11 de mayo
- Bares y restaurantes abiertos el 18 de mayo
- Las escuelas permanecerán cerradas hasta septiembre
- El mandatario solicitó que en este proceso las empresas tomen las medidas de seguridad sanitaria correspondientes para minimizar los riesgos de transmisión, al tiempo que evitó dar mayores detalles al respecto.
- «Esperamos un desafío muy complejo. Viviremos con el virus y tendremos que adoptar todas las precauciones posibles», afirmó Conte.
Sus palabras no fueron bien recibidas por la oposición, siendo que ministras y legisladores del oficialismo criticaron la flexibilización de la cuarentena dispuesta y aseguraron que esperaban una decisión «con más coraje» ya que consideran que «muchas empresas corren el riesgo de no poder volver a abrir».
«Honestamente, esperábamos una decisión con más coraje: se podía, se debía osar más», planteó la ministra de Agricultura, Teresa Ballanova, en una entrevista que publica hoy el diario Repubblica.