En Salta, el precio de la hoja de coca volvió a moverse y el bolsillo lo siente. Comerciantes y consumidores confirmaron que el cuarto de la variedad “seleccionada” se vende hoy a $18.000, mientras que la “común” ronda los $8.000, la “hojeada” $9.000 y la “machucada” $9.000. El salto fue vertiginoso: en la semana pasó de $10.000 a $15.000 y ahora a $18.000 para la seleccionada, en un mercado atravesado por escasez, controles y secuestros en ruta y especulación.
La explicación que se repite detrás del mostrador es una mezcla compleja: menor oferta desde Bolivia por factores económicos, estacionales y climáticos, dificultades logísticas y un escenario de controles más estrictos que retrae la circulación del producto. “No hay coca y estamos en época de cosecha; se lleva lo que hay”, resumió un comerciante del microcentro, mientras otro admitió que “bajó el consumo” y muchos optan por compras más chicas.
Más allá del vaivén de precios, el coqueo sostiene su lugar en la cultura del Norte argentino: práctica ancestral para acompañar el trabajo, el viaje, la altura y las largas jornadas. El acullico también se ajusta a la economía: “con los aumentos, los cachetes se achicaron”, bromeó un consumidor en una fila, sellando la postal salteña entre humor y resignación.
Mientras el mercado busca un nuevo equilibrio, los vendedores advierten que la “seleccionada” podría seguir firme en torno a los $18.000 el cuarto, al menos hasta que mejore el abastecimiento y se normalice el flujo de mercadería. Hasta entonces, la charla de los consumidores seguirá midiendo la inflación en acusos: cada vez más chiquitos.
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