El Presidente le dedicó unas palabras en redes sociales al emblemático arquero, fallecido este domingo a los 80 años. Recordó su breve paso como arquero juvenil.
El presidente Javier Milei se despidió este domingo de Hugo Orlando “El Loco” Gatti, el legendario arquero argentino que falleció a los 80 años tras más de dos meses internado en el Hospital Pirovano.
El Presidente usó sus redes sociales para homenajear al exfutbolista con una frase que llamó la atención: “Adiós, colega (si se me lo permite)”.
El mensaje sorprendió a muchos, pero encuentra su sentido en una faceta poco conocida del mandatario local: en su juventud, el actual jefe de Estado fue arquero en las inferiores de Chacarita Juniors, hasta que una grave fractura en el maxilar lo obligó a dejar el fútbol.
La despedida de Milei a Gatti se da en un contexto de profundo dolor en el mundo del fútbol argentino. El exarquero de Boca, River, Gimnasia y Unión había sufrido una fractura de cadera hace dos meses que derivó en una infección intrahospitalaria y una insuficiencia cardíaca y renal. Estaba en coma farmacológico, y este domingo los médicos decidieron retirarle la asistencia respiratoria tras confirmar que su cuadro era irreversible.
Gatti fue mucho más que un arquero: con su estilo arriesgado, su capacidad para jugar con los pies y su personalidad arrolladora, se transformó en un ícono del fútbol argentino. Surgido en Atlanta, brilló en el arco de Boca Juniors, donde disputó 417 partidos, el récord para un arquero del club. Allí ganó dos Copas Libertadores, una Intercontinental y dos Metropolitanos (1976 y 1981).
Además de su paso por el Xeneize, también defendió los colores de River, Gimnasia y Unión. En total, atajó 765 partidos como profesional y contuvo 26 penales. También fue parte de la Selección argentina, integrando el plantel del Mundial 1966 como tercer arquero.
A nivel personal, Gatti enfrentó en 2024 uno de los momentos más difíciles de su vida con la muerte de su esposa, Nacha Nodar, con quien compartió más de 50 años.
Su despedida deja un vacío enorme en el fútbol argentino. Y su partida generó homenajes desde todos los rincones, incluido el más alto de la política: la Casa Rosada.