Según el organismo, el país necesita una baja adicional del riesgo país para emitir deuda; mientras tanto, dependerá de financiamiento multilateral y colocaciones internas.
El Fondo Monetario Internacional estimó que Argentina podrá volver a tomar deuda en los mercados internacionales a partir de 2026, cuando se espera que el riesgo país se estabilice en torno a los 500 puntos. Así lo detalla el informe técnico que acompañó la aprobación del nuevo programa por US$20.000 millones, donde se descarta cualquier regreso al financiamiento externo durante 2024. El documento también señala que la estrategia del Gobierno se basará en recursos de organismos multilaterales, deuda interna y acuerdos con el Club de París y China.
“No se asumen recompras de deuda con financiación extranjera ni operaciones de recompra adicionales”, advierte el FMI. Y proyecta “modestas nuevas emisiones netas” en el mercado global desde 2026. La colocación inicial sería por US$4000 millones, con un riesgo país de 500 puntos, seguido por emisiones anuales de US$5000 millones en 2027 y 2028, y US$6000 millones entre 2029 y 2030. A esos niveles, el costo de financiamiento rondaría el 8% o 9%, por encima de las tasas que consiguió Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando el riesgo país estaba cerca de los 300 puntos.
En paralelo, el informe prevé ingresos por US$6700 millones de organismos multilaterales en 2025, además del préstamo del FMI. El Banco Mundial y el BID aportarán US$2500 millones cada uno, y se contempla también la extensión del acuerdo con el Club de París y la renovación del tramo activado del swap con China. Estas fuentes de financiamiento cubrirán los vencimientos de deuda externa mientras el país se mantiene fuera del radar de los grandes inversores.
A nivel interno, el Gobierno continuará emitiendo bonos en pesos, muchos de ellos atados a la inflación. El FMI reconoce que se mantendrá una “cierta dependencia” de los títulos indexados (CER) en el corto plazo, ya que el proceso de desinflación aún no está consolidado. Recién hacia 2026 se espera una transición hacia deuda a tasa fija y un crecimiento de los instrumentos a más largo plazo.
Finalmente, el FMI proyecta que las tasas de interés reales se elevarán progresivamente hasta el 5,5% en 2029, acompañando la normalización del mercado financiero y el retiro gradual de los controles de capital. Así, Argentina podría reinsertarse de forma más sostenida en los mercados, aunque el camino dependerá en gran medida de la estabilización macroeconómica y de una mejora persistente en los indicadores de riesgo.