En medio de fuertes tensiones internas, la exmandataria sostuvo que muchos peronistas, incluido el gobernador, se convirtieron en “militantes electorales”.
A pesar del intento de mostrar unidad y consolidarse como el principal opositor al gobierno de Javier Milei, de cara a las próximas elecciones legislativas del 2025, el Partido Justicialista (PJ) no logra sosegar sus conflictos internos. Este miércoles Cristina Kirchner asumió la conducción del espacio, pero hay varios referentes que no fueron invitados.
Entre ellos, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien admitió que no fue convocado para asistir al acto de toma del poder de la exmandataria, que se llevará a cabo en la sede de Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) en Ciudad de Buenos Aires. Desde el entorno de Cristina desmintieron la versión del bonaerense y expresaron que en realidad fue él quien no aceptó la invitación.
“Tiene que haber por parte de los dirigentes políticos de nuestro partido, que muchas veces los veo convertidos en militantes electorales, volver a ser militantes políticos”, sostuvo la expresidenta en referencia a varios referentes peronistas, entre ellos, el gobernador de Buenos Aires.
Kirchner también aprovechó su discurso para criticar al gobierno de Javier Milei. “Hay una primera cuestión que abordar: hay una aceptación de la sociedad a una suerte de ejercicio de ajuste violento si se quiere sobre aquellos sectores, claro, en tanto y en cuanto no me toquen a mí. Eso no significa una crítica social, sino una descripción de lo que estamos viviendo”, expresó.
Al igual que su par de Buenos Aires, los mandatarios provinciales de Catamarca, Raúl Jalil; de Tucumán, Osvaldo Jaldo; y La Rioja, Ricardo Quintela, no formaran parte del evento nacional. Este último fue el contrincante de CFK en su intento de disputarle la presidencia del PJ, que luego fue desestimado por la Justicia electoral por la falta de apoyos.
Esa lista opositora fue la que desató la furia del entorno de Cristina, sobre todo de los líderes de La Cámpora y su hijo Máximo Kirchner, que cuestionaron a Kicillof por no apoyar de manera explícita la postulación de la exvicepresidenta de Alberto Fernández, que terminó quedándose con el cargo.
Sin embargo, tras su triunfo pírrico, Cristina pretendió conciliar a todas las partes para poder mostrarse como una fuerza unida ante el gran desafío del crecimiento territorial de La Libertad Avanza, sobre todo en el conurbano bonaerense, de hecho convocó a Kicillof y Sergio Massa a un encuentro en Moreno, para limar asperezas, pero al parecer no dio frutos y el malestar interno sigue escalando.
Otro de las patas fundamentales del peronismo que no participaran del acto de asunción de la expresidenta, es la Confederación General del Trabajo (CGT), que no enviará a sus representantes para mostrarse en sintonía con Cristina. Si bien, habrá presencia de algunos gremios alineados con el kirchnerismo, la central obrera no formará parte del nuevo PJ. El retorno de Hugo Moyano a la mesa chica del conglomerado demuestra la lejanía ideológica y la crisis de representación que atraviesa el espacio.