La central gremial se prepara para definir estrategias contra el Gobierno, incluyendo la posible judicialización de la reforma laboral y la reactivación del impuesto a los sueldos.
La CGT vuelve a activarse tras semanas de tensiones internas. Este miércoles, la mesa chica de la central sindical se reunirá para buscar una tregua y definir su estrategia frente al Gobierno, luego de la aprobación de la reforma laboral y la reinstauración del Impuesto a las Ganancias. La reunión, que se realizará a las 15 en la sede de UPCN, Moreno 1332, contará con un informe técnico de los abogados de la CGT que sugerirá acciones judiciales para impugnar ciertos artículos de la Ley Bases y la reinstauración de Ganancias.
A pesar de esto, la dirigencia de la CGT prefiere que las denuncias judiciales sean presentadas por los sindicatos individualmente y no por la central obrera, como un gesto de buena voluntad hacia el Gobierno.
“Respetaremos las acciones soberanas de cada organización sindical para defender sus derechos, más allá de lo que pueda hacer la CGT como tal”, dijo a Infobae Gerardo Martínez (UOCRA), secretario de Relaciones Internacionales de la CGT.
Sin embargo, los sindicatos del ala moyanista-kirchnerista ya han decidido denunciar la inconstitucionalidad del Impuesto a las Ganancias ante la Justicia y realizar una movilización frente al Palacio de Tribunales el día de la presentación. Esta decisión se tomó en una reunión el jueves pasado en la sede de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), encabezada por Pablo Moyano (Camioneros) y Sergio Palazzo (Bancarios).
El líder de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), Juan Pablo Brey, alineado con el moyanismo, expresó a Infobae que su sector no propondrá una medida concreta a la CGT, pero sí discutirán las protestas a llevar adelante. “Lo ideal es dialogar, construir y buscar puntos en común. Pero a veces no se puede, como hoy, porque el Gobierno no está dispuesto a abrir ese diálogo ni a dar las soluciones que reclamamos para los trabajadores”, afirmó Brey.
Moyano, en alianza con el sindicalismo kirchnerista, busca profundizar su confrontación con el Gobierno, mientras que el sector dialoguista, integrado por “los Gordos” y los independientes, apuesta por negociar con el Ejecutivo. Este sector fue el que logró recortar 42 artículos de la reforma laboral en la Ley Bases y espera que el Gobierno abra un diálogo para mitigar el ajuste económico y la reforma estatal.
Estas diferencias internas casi provocaron la ruptura de la CGT a principios de este mes. Mientras dialoguistas como Gerardo Martínez y Héctor Daer (Sanidad) asistían a la conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, Pablo Moyano convocó a las delegaciones regionales y a referentes trotskistas a movilizarse el 12 de junio ante el Congreso durante el tratamiento de la Ley Bases, a pesar de que la cúpula de la CGT había decidido dejar en libertad de acción a los gremios.
Esa movilización terminó con incidentes graves, debilitando la alianza moyanista-kirchnerista. Además, en la reforma laboral se incluyó un artículo que penaliza los bloqueos contra empresas, consideradas como “grave injuria laboral” y causal de despido justificado.
Mientras tanto, Hugo Moyano, líder de Camioneros, se mantuvo en silencio, pero se alió con los dialoguistas de la CGT, distanciándose de su hijo Pablo. A mediados de junio, Hugo criticó duramente la estrategia de su hijo de alinearse con el kirchnerismo y la izquierda.
En este contexto, la mesa chica de la CGT enfrenta el desafío de buscar una tregua interna para definir los próximos pasos. No será fácil, ya que los moyanistas y kirchneristas insisten en avanzar hacia una nueva protesta, mientras que los dialoguistas tratarán de ganar tiempo para negociar con el Gobierno temas críticos como la restitución del Impuesto a las Ganancias, la caída del empleo, la recomposición salarial, la modernización laboral y la crisis financiera de las obras sociales.